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María Estrada
María Estrada
Fundadora de Casa Maricruz
@casamaricruz
María Estrada es la fundadora y cabeza pensante detrás de Casa Maricruz, un proyecto que nació con la intención de recuperar y poner en valor objetos de artesanía tradicional española. Cerámica granadina, encaje de camariñas, mantelería ikat mallorquina o tablas de corte de madera de castaño gallego son algunos de los objetos que podemos encontrar en Casa Maricruz.
Tuvimos la suerte de conocerla hace ya algunas semanas en Granada, lugar al que María va con regularidad para visitar a los artesanos con los que trabaja, especializados en la cerámica tradicional granadina (unas piezas más que habituales en cualquier buen salón o comedor que se precie). Su sonrisa nos cautivó desde el primer momento y su pasión al hablar de su proyecto nos enganchó y quisimos saber mucho más sobre este mundo de artesanía, tradición y cultura.
NT — Lo primero, ¿cómo surge Casa Maricruz? ¿De dónde viene el nombre?
María — Casa Maricruz viene de una copla que popularizó Estrella Castro, titulada ¡Ay, Maricruz! Elegimos este nombre porque la copla, como la artesanía popular, ha estado denostada durante muchísimos años y considerada un género menor. Tanto el flamenco puro como el pop han mirado siempre de reojo a la copla, que curiosamente era el género femenino por excelencia. Además, la copla siempre ha sido un género irreverente y subversivo; durante el franquismo, consiguió zafarse de la censura con astucia, cantando letras que hablaban del empoderamiento de la mujer en una época de puritanismo exacerbado. Por eso elegimos ¡Ay, Maricruz!, porque esta copla representaba a la perfección los principales objetivos de la marca, que no son otros que resignificar la artesanía tradicional de nuestro país desde una mirada nueva, más fresca y más disruptiva. Además, Penélope Cruz ha allanado el camino para que fuera de España pudieran decir nuestro nombre sin pronunciaciones demasiado extrañas. ;)
NT — Sabemos que durante muchos años estuviste viviendo en los Estados Unidos, ¿cómo influyó esta etapa en tu proyecto?
María — La época de los Estados Unidos ha sido fundamental en mi trayectoria, y es que no hay nada como echar de menos… Cuando echas de menos, empiezas a poner luz sobre todo lo que antes echabas de más. Fue en los Estados Unidos cuando empecé a obsesionarme por nuestra cultura y nuestras tradiciones, y en realidad lo que sucedió es que empecé a mirar a España con los ojos de un extranjero. De repente alucinaba con el arraigo cultural, y es que visto desde un país tan “nuevo” como son los Estados Unidos, pensar que la alfarería popular española, por ejemplo, fue una técnica que nos legaron los árabes en la Edad Media, me parece una barbaridad. La sabiduría ancestral tiene mucho que enseñarnos, y es que no hay nada más sostenible que lo que se sostiene en el tiempo.
NT — ¿Qué pieza de artesanía te gustaría incorporar a tu proyecto que todavía no hayas podido o conseguido?
María — Uf… ¡hay tantas! Tengo muchas ganas de trabajar con las bordadoras de Lagartera. También estaba deseando hacer cosas con Puente del Arzobispo, y esa espinita ya me la estoy quitando (pronto podremos contar más). Pero es que prácticamente en cada provincia de España hay una artesanía peculiar, y mi objetivo es aunarlas todas bajo el paraguas Maricruz algún día.
NT — En tu proyecto hablas del “Spanish heritage”, ¿cómo lo definirías y cuál dirías que es su esencia?
María — El legado cultural que ha llegado a nuestros días está en peligro de extinción. La globalización y el capitalismo extremo están arrasando con todo, y las tradiciones y técnicas que a duras penas sobreviven están en peligro de extinción. Como sociedad, tenemos la obligación de mantener este legado, la herencia cultural, porque si la artesanía tradicional muere, todos los valores que están asociados a ella morirán también. Vivimos en una época loquísima, y valores como la paciencia, el amor por el oficio, la minuciosidad o la atención por los detalles son más necesarios que nunca. Y por supuesto la sostenibilidad, que va intrínseca en la artesanía, y que utiliza recursos de la tierra para crear piezas cuyo único objetivo es perdurar en el tiempo.
"Como sociedad, tenemos la obligación de mantener este legado, la herencia cultural, porque si la artesanía tradicional muere, todos los valores que están asociados a ella morirán también."
NT — ¿Cómo ves el futuro de Casa Maricruz? ¿Algún proyecto relacionado con la marca que nos quieras contar?
María — El futuro lo veo precioso. Sin parar de currar, pero precioso. Estos tres años que llevamos de vida nos han enseñado que hay hueco para proyectos como el nuestro. Hay mucha gente deseando apoyar proyectos transformadores y romper con un consumismo frenético que no beneficia ni al planeta, ni a las comunidades, ni a uno mismo. En cuanto a proyectos, ahora mismo tenemos el foco puesto en los Estados Unidos y Asia. Tenemos el objetivo de llevar nuestra artesanía tradicional por todo el mundo, y hay proyectos a corto medio plazo tanto en Asia como en Norteamérica que nos hacen mucha ilusión.
NT — Todas tus piezas son objetos artesanales. ¿Cómo afrontas la dificultad de defender el valor de un proceso así en un mundo tan rápido?
María — Desde que montamos la marca teníamos claro que los tiempos los iban a marcar los artesanos, y no ese ogro al que llamamos mercado, que se inventa colecciones cada dos días y nos dice que no se puede repetir outfit ni tener la misma estantería durante más de dos años. En Casa Maricruz creamos objetos para toda la vida cuyo fin último es acompañarte para siempre, y que después de ti lo puedan heredar tus hijos, y los hijos de tus hijos. Por eso existe una única colección permanente, a la que se van añadiendo nuevos objetos. Las piezas de Casa Maricruz no son ni de verano ni de invierno, son atemporales y no siguen ningún tipo de modas. Son las mismas piezas que tuvieron nuestros antepasados, pero adaptadas a los usos y disfrutes y de ahora.
"Las piezas de Casa Maricruz no son ni de verano ni de invierno, son atemporales y no siguen ningún tipo de modas."
NT — Las clásicas: un lugar, una película, un libro.
NT — Un lugar.
María — Cádiz, la cuidad más bonita de España. La mezcla perfecta entre lo ilustrado y lo corriente, la elegancia y la decadencia…
NT — Una película.
María — Me ha encantado Perfect Days, de Wim Wenders. El protagonista limpia retretes con la misma dedicación que nuestros artesanos hacen encaje de bolillos o vidrio soplado. Es una oda a las pequeñas cosas y a la felicidad como decisión contingente.
NT — Un libro.
María — El elogio de la sombra. Me lo prestó un amigo y confieso que aún no he sido capaz de devolvérselo.