Olga de la Iglesia

Olga es fotógrafa de colores. Se dedica a retratarlos cada día a través de objetos cotidianos, en la moda y durante sus viajes.

Nos gusta cómo nos hace apreciar los colores como elementos esenciales que pintan nuestro entorno, ella misma parece un colorín. Hacemos las fotos en su casa, que parece un museo tropical de coloridas esculturas de madera, cuadros africanos, libros de animales y plantas que cuida como a sus hijas. Le gusta comer macadamias, beber manzanillas y tomar el sol. Conoce su trabajo en Instagram y en su Web.

P — ¿Qué te hizo empezar a hacer fotos?

R — No poder resistirme a capturar la preciosa fealdad y espontaneidad que existe en la calle y en el ser humano.

P — ¿Cuál es tu foto favorita?

R — No sabría elegir, supongo que una que existe solo en mi cabeza, en la que aparecen todas las personas que amo contentos y en la naturaleza y que cuando la miro me hace sonreír.

P — ¿Cuáles son tus referentes creativos?

R — Me fascina Gaugin, Matisse, todos los pintores impresionistas, pero también Warhol o Martin Parr.

P — ¿Hacia dónde quieres dirigir tu profesión o qué proyectos tienes en mente?

R — Los proyectos en mi mente nunca terminan, unos se me olvidan, otros perduran, otros se convierten en obsesiones pero todos ellos van junto conmigo y mi crecimiento personal, así que hacia dónde yo vaya, irán ellos.

P — ¿Con quién te haría especial ilusión trabajar?

R — Con David Lynch.

P — ¿Nos recomiendas un libro?

R — El Prozac de Seneca de Clay Newman.

P — ¿Nos recomiendas un restaurante?

R — Le cucine Mandarosso, un pequeño e íntimo restaurante italiano en la calle Verdaguer i Callís, en Barcelona.

P — ¿Nos recomiendas una película?

R — Planeta Libre "La Belle Verte" en francés, una película de 1996 dirigida por Coline Serreau.

P — ¿Nos recomiendas un lugar?

R — Pantelleria, una isla en medio del mar Mediterráneo entre Sicilia y Túnez.

P — ¿Cuándo te pondrías las prendas que llevas en las fotos?

R — Cualquier día de la semana.